Como fue

sábado, octubre 01, 2005

Sábado

Recuerdo perfectamente los sábados de mi niñez. Eran días maravillosos. La felicidad en uno de sus más altos grados (otro es el que tengo ahora :)). Me despertaba temprano, hacia las 9 (nunca he sido de dormir) y tras desayunar, me ponía a tocar mi instrumento hasta el mediodía más o menos. Jugaba un poco y comía (qué manera de comer señores, manda huevos, y en esos tiempos uno no engorda).

Todo esto sólo eran pasatiempos esperando el gran momento: Mazinger Z. Me encantaba. A las 3 y media estaba pegado a la televisión (si me dejaban mis padres, en mi habitación) para ver cómo Koyi Kabuto vencía al Dr. Maligno, y Afrodita disparaba sus pechos hacia el infinito (es posible que esto último haya marcado mis gustos sexuales jeje ;)).

¿Y después? Primera Sesión. Youuuhouuu!! A ver una peli de vaqueros (yo siempre estaba de parte de los indios) o si había suerte, una de Tarzán. Me encantaban. Ahí también fue donde se afianzó mi gusto por el cine clásico.

Ahí pasaba mi tarde del sábado viendo la "peli", después merendando (nocilla!, cómo me gustaa!), y más tarde viendo lo que pusiesen. Recuerdo de esas tardes por ejemplo Los Angeles de Charly o "V". ¿Recordáis "V"? ¿con los extraterrestres devora-ratones? jeje. ¡Qué bueno!. A mí me gustaba la morena jefa de los extraterrestres, la mala (las rubias nunca me han atraído). También recuerdo "La Clave", con Balbín, aunque por aquél entonces yo sólo la veía por las películas que ponían (por ejemplo la original de La Invasión de los Ultracuerpos recuerdo ahora). Más tarde seguí viendo ese programa hasta que lo suspendieron. Creo que si hoy lo pusieran en alguna cadena, estaría enganchado (impensable, teniendo en cuenta la calidad televisiva de ahora).

El sábado seguía pasando y finalizaba de la mejor manera, después de haber cenado por ejemplo unas patatas fritas con huevos y chorizo (¿se nota que estoy a régimen? ;)), viendo Sábado Cine. Mis padres me dejaban ver todas las pelis, porque como no tenía que madrugar... Qué momentos tan inolvidables, en familia, sin necesidad (ni posibilidad) de hacer zapping y sin los programas del corazón ni los "culebrones".

Así se acababan todos los sábados, pensando en lo que había hecho y dónde iría el domingo, quizás con mi padre al rastro a ver si me compraba algo y con suerte, me dejaría "conducir" el coche por las afueras de Gijón jeje (sé conducir desde los 9 años ;)).

Buenos tiempos, sí señor. Ahora también los son, pero distintos :) Cada momento tiene su atractivo, el secreto es saber disfrutarlo cuando ocurre.

1 Comentarios:

  • At 7:44 a. m., Anonymous Anónimo said…

    ¡Qué razón tienes! Tu sabes disfrutar de esos pequeños detalles que tiene la vida. Sabes vivir y ¡cómo contagias esa alegría! Besitos miles

     

Publicar un comentario

<< Home