Una invitada en el espejo
Había sido una velada maravillosa, pero se estaba haciendo muy tarde y todavía tenía que conducir treinta kilómetros antes de llegar a casa. Casilda me había invitado a que pasase la noche con ellos. La verdad es que la tormenta no animaba a coger el coche, pero había prometido a mi hija que la llevaría al aeropuerto a primera hora de la mañana. Antes de irme, uno de los invitados me sugirió que regresase porla carretera comarcal. Tardaría menos porque a esa hora no había prácticamente nada de tráfico.
Una vez en el coche, decidí probar suerte con la carretera comarcal. Estaba cansadísima y, cuanto antes pudiera meterme en la cama, mejor. "¡Vaya nochecita!", me dije mientras arrancaba el coche y ponía el impiaparabrisas en la posición más rápida.
A los pocos kilómetros sentí un poco de miedo, no me había cruzado con ningún coche y apenas se divisaban luces de casa o bares aún abiertos. A parte de los faros del coche, la oscuridad sólo se rompía con el resplandor de los rayos.
Como seguía sin ver a nadie, puse la radio para tranquilizarme un poco. De repente, se me apareció aquella sombra extraña. Decidí parar el coche para ver quién o qué era. Por supuesto, estaba aterrorizada aunque seguía con la curiosidad. Sé que seguía ahí, pero no se veía nada con la niebla así que volvía al coche para coger la linterna. Cuando volví a a lumbrar hacia allí, ya no estaba. Pensé que era algún elemento de mi imaginación y no le di importancia.
Una vez en el coche, comprobé el espejo retrovisor. No sé cuándo, pero había sido movido. Cuando enfoqué hacia atrás, ¡allí estaba de nuevo!. La ví, llena de sangre en el asiento de atrás, me volví para ver si estaba bien, pero... ya no estaba. Volví a mirar el espejo y en efecto, había desaparecido.
Llegué a casa preocupada. Aunque mi hija ya era bastante madura, decidí no contárselo. Subí al piso de arriba a darme un buen baño relajador. Cuando ya había terminado, desempañé el espejo para peinarme. Empezá a tiritar al ver que ella estaba de nuevo allí, esta vez intentando matarme. Gracias a Dios que rompíe el espejo con el peine al asustarme, si no podría haberme matado.
Esa noche no pude dormir. Me pasé la noche en vela pensando en lo ocurrido. Al día siguiente, aunque miré, no la volví a encontrar en el espejo. No sabía quien era esa persona, pero pensaba que podía ser una asesina.
Ya hace 3 años que ocurrió esto y aún me la sigo encontrando en el espejo algunas veces cuando me miro....
[Relato escrito por mi hijita de 12 años... creo que no tendría que dejarle ver tantas películas de terror jeje ;) Ahora la tengo a mi lado diciendo que se basó en la peli de Ghotika y de un cuento que trataba de un monstruo en el espejo en la revista Bravo (!?!?!Sic!!?!?!, ¿aún existen esas revistas?) :-P]
Se me cae la baba.... :)) A que escribe bien, eh! :)
Una vez en el coche, decidí probar suerte con la carretera comarcal. Estaba cansadísima y, cuanto antes pudiera meterme en la cama, mejor. "¡Vaya nochecita!", me dije mientras arrancaba el coche y ponía el impiaparabrisas en la posición más rápida.
A los pocos kilómetros sentí un poco de miedo, no me había cruzado con ningún coche y apenas se divisaban luces de casa o bares aún abiertos. A parte de los faros del coche, la oscuridad sólo se rompía con el resplandor de los rayos.
Como seguía sin ver a nadie, puse la radio para tranquilizarme un poco. De repente, se me apareció aquella sombra extraña. Decidí parar el coche para ver quién o qué era. Por supuesto, estaba aterrorizada aunque seguía con la curiosidad. Sé que seguía ahí, pero no se veía nada con la niebla así que volvía al coche para coger la linterna. Cuando volví a a lumbrar hacia allí, ya no estaba. Pensé que era algún elemento de mi imaginación y no le di importancia.
Una vez en el coche, comprobé el espejo retrovisor. No sé cuándo, pero había sido movido. Cuando enfoqué hacia atrás, ¡allí estaba de nuevo!. La ví, llena de sangre en el asiento de atrás, me volví para ver si estaba bien, pero... ya no estaba. Volví a mirar el espejo y en efecto, había desaparecido.
Llegué a casa preocupada. Aunque mi hija ya era bastante madura, decidí no contárselo. Subí al piso de arriba a darme un buen baño relajador. Cuando ya había terminado, desempañé el espejo para peinarme. Empezá a tiritar al ver que ella estaba de nuevo allí, esta vez intentando matarme. Gracias a Dios que rompíe el espejo con el peine al asustarme, si no podría haberme matado.
Esa noche no pude dormir. Me pasé la noche en vela pensando en lo ocurrido. Al día siguiente, aunque miré, no la volví a encontrar en el espejo. No sabía quien era esa persona, pero pensaba que podía ser una asesina.
Ya hace 3 años que ocurrió esto y aún me la sigo encontrando en el espejo algunas veces cuando me miro....
[Relato escrito por mi hijita de 12 años... creo que no tendría que dejarle ver tantas películas de terror jeje ;) Ahora la tengo a mi lado diciendo que se basó en la peli de Ghotika y de un cuento que trataba de un monstruo en el espejo en la revista Bravo (!?!?!Sic!!?!?!, ¿aún existen esas revistas?) :-P]
Se me cae la baba.... :)) A que escribe bien, eh! :)
2 Comentarios:
At 6:15 p. m., Ana María said…
Casi, casi que te veo la baba colgando :))).
Y dile a tu hija que no me vuelvo a mirar en un espejo ¡que miedo! :))).
At 8:58 p. m., Anónimo said…
Con una imginación tan calenturienta igual tiene futuro prometedor. Y si no mira la del Harry Potter.
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