Ahora, yo, otoño

Estoy en mi oficina. Fuera está lloviendo. Hace frío. Un día perfecto para estar en casa, leyendo o escuchando música. Un día gris, familiar. Veo a través del ventanal un paisaje difuminado con la Universidad Laboral al fondo apareciendo entre los árboles con hojas caducas del otoño. A través de la bruma distingo el horizonte de las montañas, de los campos húmedos de las afueras de Gijón. En realidad veo el Otoño, lo huelo y hasta lo escucho. Siento el calor del calefactor que reconforta mis pies y siento el calor del amor que reconforta mi alma. Pienso en mi chocolate, en mi pichurri. Intercambio un par de correos con ella. Le digo que la echo de menos, que la quiero. Es Otoño y estoy enamorado.

Mientras escribo escucho un bolero, "Tú mi delirio" del disco "Free Boleros" interpretado por Mayte Martín y Tete Montoliu. La música, el texto, el calor, la lluvia, ...se mezclan dentro de mí. Me llenan.... me falta ella para poder abrazarla...

si pudiera expresarte como es inmenso
en el fondo de mi corazón mi amor por ti
este amor delirante que abraza mi alma
es pasión que atormenta mi corazón

siempre tu estas conmigo en mi tristeza
estas en mi alegría y en mi sufrir
porque en ti se encierra toda mi vida
si no estoy contigo mi bien, no soy feliz

es pasión delirio estar contigo
y yo soy dichoso mi bien
porque me quieres también

porque en ti se encierra toda mi vida
si no estoy contigo mi bien, no soy feliz

es pasión delirio estar contigo
y yo soy dichoso mi bien
porque me quieres también

Ahora escucho un tema de la banda sonora de "El pianista en el océano" a la vez que recuerdo cómo nos encantó verla un día como hoy gris y cálido a la vez, en la cama, los 2 abrazados, disfrutando de la música y las sensaciones... decía el diálogo "las teclas empiezan y acaban, 88, no son infinitas. Pero tú eres infinito, y en esas teclas la música que haces puede ser infinita".

... sigue sonando la música, el piano... sigue lloviendo... me gustaría tener ahora mi piano a mi lado para tocar algo. Querría que mi chocolate tuviese su clariente y tocar algo juntos. La realidad me para. Estoy trabajando, en una oficina, ella en clase, estudiando. El piano y el clarinete en casa, mudos, durmiendo. A falta de piano, tengo este teclado. Mientras escribo imagino que cada tecla suena de forma distinta y todas componen una melodía que hace soñar, sonreir, recordar tanto como lo estoy haciendo hoy... escucho la melodía y acompaño la música con el ritmo de mis dedos... toco para tí...