Como fue

martes, octubre 18, 2005

Me preocupo demasiado

En general, creo que me preocupo demasiado por todo el mundo y eso a veces hace que, unas veces caiga pesado, otras piensen que no les valoro lo suficiente, y todas me sienta yo siempre mal.

Me preocupo por mi mujer, que sea feliz, que esté bien, que consiga sus metas, la animo, le comento qué haría yo en su lugar (porque muchas veces me lo pregunta), le ayudo, me preocupo cada minuto porque sepa cuánto la quiero y lo importante que es ella para mí...

Me preocupo por mi hija, que sea feliz (para variar), que tenga una vida al menos tan feliz como la tuve yo, que no sufra demasiado con la separación de sus padres, que esté orgullosa de mí, que me quiera, que le vaya bien con las amigas y amigos, que sepa que yo sé que se preocupa mucho por sus estudios, que sepa que su padre la quiere muchíiisimo...

Me preocupo por mis padres, porque me vean felices (porque así ellos ya son felices), porque tengan una vejez lo más tranquila y feliz posible, porque disfruten incluso a sus años, que sigan orgullosos de mí, que quieran a los que yo quiero, que sepan que somos muchos los que los queremos...

Me preocupo por mi madre, porque sé que soy lo más importante para ella, la animo cuando tiene problemas con el testarudo de mi padre, bailo con ella para que se ría y le agradezco todo lo que ha hecho por mí, y por todos nosotros...

Me preocupo por mi suegra, porque no note demasiado la distancia de su país, de su gente, que se sienta feliz con nosotros y disfrute aquí tanto o más de lo que lo haría allí, que se sienta orgullosa también de mí, que sepa que todos la queremos...

Por preocuparme, me preocupo hasta por nuestra gata, que esté tranquila y olvide todos los 'martirios' que pasó en su anterior hogar.

Y me preocupo y me preocupo, pero mi mujer a veces sigue sintiéndose mal, mi hija a veces está triste, mis padres a veces discuten y se ponen nerviosos, mi suegra se deprime bastante a menudo y yo, lo mismo. ¿Seré suficiente buen marido, buen padre, buen hijo...? Sé que muchas veces (la mayoría) todos somos inmensamente felices, pero soy tan "perfeccionista" que yo quisiese que fuese siempre.

No sé, quizás debería relajarme más y dejar que la vida transcurra. Quizás no debería intentar evitar tropiezos a mi gente, básicamente, porque no puedo evitarlo. Cada uno debe aprender y experimentar por sí mismo, le toca disfrutar, sufrir, decepcionarse, alegrarse... No soy Dios (ni quiero serlo... aunque los días de 50 horas estarían bien ;)), pero mi obsesión por hacer feliz a todo el mundo me suele traer algunos dolores de cabeza.

Relájate y disfruta Peligroso, no me seas comemierda. Si hay poca gente que sea más feliz y tenga tantas buenas cosas alrededor como tú (¿y esta gilipollez de hablar de mí en 2ª persona?).

En fins, me voy a un cliente a "relajarme". Está lloviendo... y me gusta.

3 Comentarios:

  • At 11:03 a. m., Anonymous Anónimo said…

    A mí me pasaba algo parecido y además quería quedar bien con todos. No sólo no lo logré sino que además casi me amargué. Cuando lo dejé las cosas volvieron a ser naturales y empezó todo a ser normal. Pero aún me vienen coletazos.
    Animo.

     
  • At 4:43 a. m., Blogger Javier Vilaboa - Diario LA REGION said…

    Hola, como va!!! te cuento que llevo más de 100 artículos sobre suegras. A la mía LA ODIO!!! si queres pasa!

     
  • At 11:50 p. m., Blogger Unknown said…

    Creo que deberías apuntarte a lo que tú mismo dices: "relajarte más y dejar que la vida transcurra".
    Todo es cuestión de confiar en la vida. Dices que no eres Dios. Efectivamente. Y eso no quita para que seas un padre cojonudo.

    Un abrazo!

     

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